sábado, 24 de septiembre de 2022

Comentario de Fernando Kosiak sobre mi Libro EL SOLO

 


El solo

Gustavo Tisocco

Este es el último poemario del querido Gustavo Tisocco  , publicado por Halley Ediciones . El artículo “El” que se antepone a “solo”, habla de la particularidad, de lo único de la soledad de la máscara poética que eligió Gustavo para estas páginas, él es el solo, él y nadie más. Un adjetivo que podría durar un instante (por ejemplo: él está solo) se extiende al convertirse en sustantivo, cobra trascendencia, se extiende, como propone Tisocco a lo largo del libro, en una inmortalidad, porque el solo, el que no tiene amor vive para siempre, tiene la gracia y también la condena de ver cómo desaparecen los demás, los que aman, los que están en compañía. Los poemas no tienen título, entonces quien lee podría hacer el ejercicio de avanzar por las páginas sin detenerse, como quien lee un cuento, una novela, un recorte del mundo de la soledad. Hay dos poemas hermosos, el primero es el que parte de la intertextualidad con el video performático de Marina Abramovic a la que le sientan adelante al ex que hace años que no ve y del que son los versos citados al final. El otro es el bellísimo poema que habla sobre el río, donde un padre enseña a nadar al niño que adorna sus cabellos con flores de un camalotal. Esos poemas son los que construyen otro sistema dentro del libro, que se aleja de la soledad, que brilla en esos recuerdos, que hacen que la soledad importe menos.

“Yo te amaba

con esa paciencia infinita

de los girasoles.

Vos me amabas

con el miedo atroz

de los cangrejos.”

 

Fernando Kosiak

miércoles, 21 de septiembre de 2022

Palabras de Edda Sartori en la presentación de EL SOLO

 


edda sartori

Presentación de EL SOLO de Gustavo Tisocco.

 

En principio, El Solo es un poemario que trata la soledad. En realidad, argumenta, es decir, da luz, aclara sobre la existencia. Sobre el nacer y el morir. Sobre el amor. Y la soledad como cielo hambriento que impregna el poema.

 Indaga el vacío originario, la fascinación del nacer y la pérdida del amor, la interrupción en ese instante. Fascinación y dolor. Fascinación y desapego.

 Ni bien nos cortan el lazo maternal

Empezamos a descubrir

Que todo será abismo

Un poemario donde el yo se con fidencia (fidas). Entonces el poemario como acto confidencial. El yo dice a quien tiene confianza. El lector como escucha, su interlocutor en ese lugar íntimo. El lector en el sitio del secreto en esa interpelación entre el yo y ese otro destinado de los mensajes.  En ese vacío, en ese éxtasis nos acoge la plenitud del poema.

 

Yo te amaba

con esa paciencia infinita

de los girasoles.

 

Vos me amabas

Con el miedo atroz

De los cangrejos.

Un discurso poético enmarcado por la soledad, un discurso del amor, rasgado, sesgado, conmocionado por lo horroroso de la herida.

Eros como conciencia de trascendencia del hombre y de la naturaleza hace temblar el lenguaje. Eros nos instala en esa pantalla de amor-muerte. Pero frente a ese vacío el poeta propone la indagación como una constante de su existencia. Con asimetrías, con paradojas, desde su concepción de la nada a la transformación.

Un yo escudriñador de su propia búsqueda, el sujeto puesto en la aventura de la búsqueda.

No es poeta

Come una naranja y sólo siente el dulzor

el ácido en la boca.

Sólo eso.

No es poeta

 

No es poeta dice el poeta. 

Luego nos dirá:

 

No soy yo

el que escribe,

es el viento.

En ese transitar se aleja del yo. Pero en su lejanía es un yo provocador. Un yo que penetra el cosmos y lo cuestiona:

Entre tantos árboles secos

ya no recuerdo el verde.

Hubo una vez un paraíso

¿Lo hubo?

 Y así en la revisión de lo vivido va plasmando otro discurso, el reflexivo, que ya lo anticipa al comienzo del poemario, cuando dice:

La inmortalidad debe ser la soledad mayor.

(Ese discurso reflexivo hace cumbre en la contratapa enmarcando el poemario:

El único amor es el primero.

Los demás

Sólo piezas de un rompecabezas.)

El yo se nombra inmortal, último, sobreviviente en correspondencia al amor y su ausencia.

Dicen que todos mueren.

Pero soy el inmortal

el último

el condenado.

Y aunque deambulo esta devastación

este entierro

este olvido

sé que he muerto

             aunque respire.

En esta franja de oposiciones: vida-muerte/ amor-muerte/amor-dolor/amor-desamor/mortal-inmortal, en esta especularidad, cito a Octavio Paz, el pliegue esconde las dos caras del ser. La oscilación que nos descoloca.

Pero el pliegue, dice Octavio Paz, es lo que une a los opuestos.

El pliegue, al abrir sus dos alas, las cierra. El pliegue al descubrir lo que oculta, esconde lo que descubre.

El yo es el incurable, el inmortal, el sobreviviente frente a la negación del amor.

Sin embargo, en esa tensión de opuestos, eros reina en toda su agonía de amor, dolor y la continua reflexión sobre la vida y la muerte.

Eros se expande en toda su magnificencia: deseo, valentía y reflexión.

El amor en su fuga y desamparo, como relación sin piedad:

De todos los dolores

tu nombre

es el que sangra

aún en mi boca.

Y el amor, como rescate del origen y el pasado:

Elegir la piedra

y acariciarla

y ser parte de la historia

 

Finalmente, Gustavo cierra su libro con un poema que simboliza la fuerza del  origen, la naturaleza, lo primordial y su trasmutación. La inquietud y el misterio. La renovación. El principio.

 

En esta aridez

no crecen las flores

ni siquiera un insecto

todo son relámpagos en el suelo.

 

Pero una gota de lluvia

es revolución.

sábado, 10 de septiembre de 2022

Comentario de Fabiana León sobre mi Libro EL SOLO

 


De abismos, semillas y temblores. Con sangre y saliva. A punta de suspiros y bendiciones de pájaros, enfrentando el desamor y miradas salvadoras, los poemas de Gustavo Tisocco han sido paridos desde el hondo pesar por la vida, su desasosiego, la desesperanza. Siempre se está solo, afirma, y es esta verdad tan tremenda que desde su sensibilidad alumbra poemas para desafiarla. Somos paisajes solitarios, dice él, que promueve nacimientos desde su profesión y encuentros desde su maravilloso espacio MisPoetas Contemporáneos. El, que ha encontrado en la poesía un modo de resistencia “como brote de sauce ante tanto desamparo”. Te abrazo poeta querido, en cada verso, en cada evocación del dolor, de incomprensión. Te abrazo como esa manzana que fue imagen del amor y cuyo perfume, decís, “se torna raíz nueva venciendo cualquier tormenta”.

Fabiana León

viernes, 9 de septiembre de 2022

Comentario de David Sorbille sobre mi obra literaria.

 


















 

LA POESÍA DE GUSTAVO TISOCCO, por David Sorbille

    Gustavo Alberto Tisocco, nació el 25 de octubre de 1969 en la localidad correntina de Mocoretá, rodeada por las aguas del río homónimo, y el legendario Uruguay. En ese ámbito, realizó su estudio primario y secundario, mientras acudía al llamado de las letras influenciado por su tío Jorge, un profesor de literatura que falleció a los 33 años.      

    Las poesías de Alfonsina Storni, fueron las que lo animaron a escribir sus primeros versos, donde establece una relación virtuosa con su terruño y su familia. Luego, en la capital de su provincia estudia la carrera de Medicina y, con su título de médico viaja a Buenos Aires, para especializarse en pediatría en el Hospital Pedro Elizalde (ex Casa Cuna) y Neonatología en la Maternidad Santa Rosa de Vicente López.      

   Posteriormente, estudió teatro en el Centro Cultural Rojas, y, también, frecuentó diversos talleres literarios, hasta que en septiembre de 2001, publicó su primer libro de poesía: “Sutil” (Ed. La quimera), del cual Damián Pi, señaló: "Este poeta, tan sensible como sólo pudo imaginarlo otro poeta, refleja con una simplicidad lograda perfectamente, la armonía de vivir, la disposición de las personas y los sentimientos en versos sublimes, de reflexión y humanismo".

    En el año 2003, Gustavo Tisocco participó de la “Antología internacional de autores del mundo de lengua castellana” publicada en España, de la “Antología de médicos argentinos y brasileños” y de la Antología "Libertad bajo palabra". Asimismo, en ese año obtuvo Mención Especial en el Congreso de Médicos de Buenos Aires con su poema "Abuelas blancas" y el Tercer Premio en el Foro Literario Azul y Palabras con su poema "Ojos muertos".

    En marzo de 2004 presentó su segundo libro, “Entre soles y sombras” (Ed. Vigilias), del cual, Pablo Montanaro destaca en el prólogo: “La mirada del poeta es así: oscuridad-luminosidad -revelación-misterio -descubrimiento-límite -imposibilidad-posibilidad -música-silencio. Estos pliegues, estos reversos están en el libro". 

    En junio de ese año, fue ganador del "Primer premio de poesía" de Médicos escritores argentinos, chilenos y brasileños. El 15 de junio de 2006, nuestro poeta comienza a dedicar parte de su tiempo a la difusión de la poesía de una extensa cantidad de poetas argentinos y latinoamericanos, a través de la creación del prestigioso espacio virtual: http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com

    En ese mismo año, publica: “Paisaje de adentro” (Ed. de los Cuatro Vientos), sobre el cual, Delfina Acosta, señala: "Los poemas de Gustavo Tisocco están llenos de sentidos numerosos, diversos, cada uno sencillo, nada artificioso, sino elemental, como se pretende de un verdadero artista".

    En el 2008, publica: “Desde todos los costados” (Ed. Vinciguerra), que, al decir de su prologuista Edna Pozzi: "Este poemario de Gustavo Tisocco, denso, plural, irremediablemente melancólico, nos presenta a un poeta en plena posesión de los instrumentos de la magia, como si a través de las palabras, o lo que es más importante, casi sobre las palabras, madurara un idioma nuevo, recién nacido, un acorde que no puede dejar de escucharse, una geografía áspera y bella".

    En el 2009, publicó: "Pintapoemas" (Cuadernos del Señalero, Ed. del Clé), en cuyo prólogo, Susana Fernández Sachaos, sostiene: “es desde la vista, la gran abarcadora de imágenes, que Gustavo Tisocco nos propone el camino bello e intenso de sus poemas. Lo hace desde el lugar de la poesía y la pintura, desde la pluma y el pincel. Él pinta estos poemas y canta a los pintores que lo inspiraron con sus lienzos. Canta con las sombras de la noche y los naranjas de las amapolas al aire libre”.

    Asimismo, publica en el mismo año, otro poemario emblemático: “Cicatriz” (Colección Summa, Ed.Vinciguerra), de quien Cecilia Ortiz, dirá: “Somos testigos, protagonistas y el poder de la palabra no recubre, es armadura, escudo, lanza. Tu Cicatriz, es mi Cicatriz. Invisible para algunos. Reveladora para los que no tienen su copa vacía”. Además, tiene editados 3 CDs: “Huellas”, “Intersecciones” y “Corazón de níspero”.

    Sus poemas fueron publicados en diversos periódicos y páginas literarias de Internet. Reparemos, pues, en estos versos de su libro “Desde todos los costados”: “Para qué cerrar la puerta? / ¿Para qué quedarse? / Prefiero tener hambre, / quemarme alguna vez en el sol, / sentir dolorosamente / que soy pequeño. / extasiarme de sed, de cansancio. /  Deambular la noche, / mendigar con quien mendiga, / que me atraviese el viento, / la música de alguna musa, / ser temblor y ser herida, / un calamar destilando tinta, / un barco sobre las olas. /  Que se lastimen mis pies / con los clavos del camino, / que la arena enceguezca mis ojos, / que la luna me torne fantasma de plata y nube. / Perderme entre amores que quizás no sean, saltar como una rana. / ser trapecista. / Y en este transcurrir apostar a la vida. / agotarme / hasta que el cuerpo sea humo / feliz viajero”.

    En el año 2011, publica el breve poemario “Rostro Ajeno” (Colección Summa, Ed. Vinciguerra), en donde reúne una serie de poemas vitales como el río de su infancia, la casa familiar, los juegos, las estaciones del recuerdo, los olores y sabores de un pasado que siempre está presente en nuestro poeta.

    El 28 de septiembre de 2012, presenta su séptimo libro: “Terrestre” (Ed. Vela al viento), acompañado por un CD con el mismo título. En esta obra, nuestro poeta nos brinda un testimonio profundamente comprometido con la vida, y con su alma sedienta de justicia.

    Con versos de notable hondura, comparte las huellas de su lugar en el mundo, como bien señala Jorge Paolantonio en el prólogo: “Una imaginería sensual enciende el discurso poético y lo puebla de acciones que van del amor absoluto a la separación más cruel, de la ciudad más alegre hasta la isla más desierta, del gozo a la infelicidad”.

    La voz del poeta tiene la fuerza y convicción de quien abre su espíritu al mundo, y transmite sus vivencias con la intensidad y la pasión de un ser humano que refleja su experiencia personal y la realidad que lo rodea.

    Es así como, la transparencia emocional de Gustavo Tisocco queda nuevamente reflejada en su poemario: “Quedarme en ti” (Ed. El Mono Armado, 2015), en donde su esencia vital, su amalgama de conceptos humanos trascendentes, su melancolía envolvente, belleza formal y hondura acostumbrada, nos permite la inmensa satisfacción de encontrarnos tan cerca de su universo de amor, nostalgia y hermandad que se repite en sus breves “Reina” (Summa Poética - Vinciguerra, 30º Aniversario, 2016) y  “Hectáreas” publicado en Madrid, España.

    “Perla del sur” (Vinciguerra / colección metáfora, 2019) es otra obra singular que es caracterizada por su prologuista Susana Pasquini: “como columna lumbar a lo largo de la cual discurre la existencia del autor y de sus seres amados (…)”

    La producción de nuestro poeta continúa con "Nueve poemas" (Ediciones Arroyo) y "Entre Ventanas” (Mascarón de Proa / Pleamar, 2020). Parafraseando a Natalia Litvinova, podemos coincidir en que Gustavo Tisocco, “como un minero cava en la profundidad para extraer oro”, y es ahí donde yace su mayor virtud.

    “El Solo” (Helley Ediciones, 2022), es su último libro publicado hasta el momento y una verdadera cima poética en la trayectoria del autor. El despliegue de poemas impecables en su brevedad colmada de sensaciones y sabiduría, nos remite a un estado de gracia en donde ya no es el poeta el que escribe, es el viento.

    Gustavo Tisocco tiene la grandeza de los elegidos, y en él se concentra el arte de la palabra con la ética del hacedor que lo convierte en uno de los más distinguidos poetas de nuestro tiempo.

Comentario de Mirta Venezia sobre mi Libro EL SOLO

 


“No soy yo/el que escribe/es el viento” dice Gustavo Tisocco    casi al inicio del poemario EL SOLO y así de entrada nomás  esta soledad es visibilizada a tal punto que el poeta no escribe, el poeta es inmaterial está espejado en versos, es un ser etéreo. Gustavo va eligiendo de la rosa la espina, de la pena hace su morada pero de alguna manera sobrevuela su gaviota con la esperanza siempre puesta en la semilla; el solo es el buscador de la semilla pequeñita azul de la poesía:

“pero apenas una semilla/tengo en mis manos/y es toda la esperanza”.

        Con su ojo de poeta lúcido él sabe de la inmensidad de la gota, del silencio profundo en la maraña del bosque, del sudario y la cruz, de la pérdida, de la vida que late; me imagino  al poeta hacedor de sueños, alumbrando estos versos nacidos en la más pura intimidad, poniendo palabras al dolor  para transmutarlo en belleza, con un estilo simple, cotidiano, profundo que se clava en el interior y no quiere salir. 

         El poeta mira al amor  de frente y es el amor primero el que se clava con su haz de luz y no puede compararse con otro porque es único, cierta orfandad cala hasta los huesos y es imposible no identificarse; nacemos y morimos solos siento, y en el medio hay un breve trayecto que algunos vivimos con intensidad, eso me trae este libro la brevedad del amor, de lo feroz, de lo numinoso, la brevedad del relámpago. Gustavo bucea dentro suyo y podemos ver las mariposas celestes de las que nos habla, el llanto reparador como una sombra  fresca, los juncos del río, el paraíso, el alabastro de la pureza, el palpitar de la piedra y el miedo al borde del abismo.

         Los poemas fluyen amparados en los recuerdos, en postalitas de la adolescencia junto al agua, en restos diurnos  que asoman por la mañana, en la realidad que se desparrama sin pudores y el lector se va dejando llevar por este mundo rico en vibraciones, olores, flashes, colores, tan nutritivos que la soledad está  cargada de vida (un brote de sauce entre tanto desamparo) y dan ganas de asomarse a la vereda recién baldeada y ponerle el pecho. Otras veces hay tanto amor diseminado que el lector no puede menos que fluir y llorarse en intimidad, para transitar el propio dolor, homenajearlo  y luego soltarlo como paloma. No dejes de asomarte a EL SOLO vale cada palabra, vale la alegría y la pena !!

”A veces la soledad duele

lastima

como si un puma te arañara por dentro

un puma con hambre

enjaulado, sediento.

En otra es refugio

como si un jardín

invadiera tu sombra.”

 

 

 Mirta Venezia

Comentario de Sylvia Cirilho sobre mi Libro EL SOLO

 


Sobre el libro "SOLO"

Solo está hoy en mi taller y en cada palabra, en cada línea de Gustavo Tisocco pienso, me detengo en la brevedad del verso, en lo profundo que dice y en lo que tiembla.

Jaboticabas, pitangas, palmeritas pindó y tus peces dorados siempre, te huelo amigo, se huele tu poesía, el aroma de esa soledad habitada por tantísimos amores, luces amarillas, un pombero a la siesta eterna y vos, siempre vos entre el diente de león en la brisa?

Hablar de un libro tuyo no me cuesta, me enternece. Yo que me sé entero tu dorado y tu naranja, te descubro en el desamparo de alguna vez, en la fortaleza de saciar al otro y en éso que te forma: masa , madera noble, caleidoscopio. Brillo o, que es tanto el esplendor, que encandila a algunos y oscurece a otros.

Cada verso acuna siriríes💫

Escribí del río y los ceibos, por favor. Tu Solo, está acompañado por tanto!

Gracias

 

Sylvia Cirilho

Comentario de Beatriz Puertas sobre mi Libro EL SOLO

 


Quiero compartir con todos los que gusten de la poesía y lso que nunca hayan leído, mi comentario sobre su último poemario:

Hace un tiempo recibí el último libro de Gustavo Tisocco: “El solo”. Empecé a leerlo con avidez pero su intensidad me obligó a ampararme en una orilla más conocida, la de sus poemarios anteriores. Incorporar la poesía aglutinada, casi mística, sencilla como siempre es la suya pero muy distinta hizo imprescindible esa relectura. Quedarme en ti, La perla del sur y Entre ventanas. Al hacerlo pude constatar que -lo que más impacta de los poemas de El Solo concentrados en la intimidad- va más allá del terreno estrictamente poético. Este último poemario revela el recorrido angustiado que va desde afuera hacia adentro. Desde el mundo hacia el yo. A aquello que solía influir en la poética esencial de Gustavo se le agregó un magma atávico. Ningún lector puede salir ileso de esa búsqueda. Pocos poetas pueden arribar a ese territorio en el que lo ancestral se funde en un abrazo con lo propio. Gustavo Tisocco lo logra porque no escribe con firuletes para invocar el aplauso del otro, sino con el alma o eso que suele llamarse alma en la mano. Tal vez para ahuyentar la superficialidad del elogio, puntualiza:

No soy yo

El que escribe

Es el viento.

Mientras en Quedarme en ti (2015) escribía

El viento me cuenta cosas

Que nadie escucha

Que nadie indaga

(…) me silba

y en ese silbido todas las voces"

La búsqueda no de algo que haga más llevadera la soledad sino de que se termine de una vez se refleja en estos versos. Es cuando se pregunta sobre la soledad cuando despliega su lado místico, porque si la causa no es clara podría encontrarse en su propia culpabilidad o en la ausencia de Dios.

“No es fácil amarme.

Me crecen espinas

si me tocan enveneno

si me abrazan electrocuto.

Necesitaría un Dios

que se apiade.”

“De todos los abismos

Elijo

el alto el de más arriba

para que al saltar

sea apenas partícula

indagando el misterio”

“Entre tanto árboles secos

ya no recuerdo el verde.

Hubo una vez un paraíso.

Lo hubo?

Aún en la poesía testimonial de hace quince años, el poeta va desde lo que ocurre en el mundo hasta sellar con su solidario fraternal abrazo suyo poético se funde con el cosmos. Por entonces ese intento soslayaba la soledad quizá porque el dolor estaba puesto en el otro.

“Hermano, si vuelves torturado y perdedor

estaré en el portón aguardando los pasos.

Si es que no puedes retornar

si tus sueños aniquilaron,

si desapareciste tras un manto de ironías

seguiré esperándote en la vieja hamaca

donde no existen los olvidos.

Ese hombre que quiere abrazar al hermano desaparecido es parte del mundo. Su yo poético se funde con el Todo.

Teniendo en cuenta a ese Yo amante salta a la luz El Yo no amado. Cuando se lee los poemas de El Solo el lector no puede menos que preguntarse: ¿Por qué un ser humano que se fusiona con el mundo se siente solo? ¿Por su sexualidad? ¿Por su sensibilidad? ¿Por su empatía con el otro? ¿Por qué la literatura no es suficiente para estar acompañado? Puede haber muchas preguntas más…tantas como los que lean. Cada una de estas preguntas merece un sí. Todas juntas podrían ayudarnos a descifrar este libro que sacude nuestras fibras más íntimas y da luz a nuestros rincones más ocultos. Yo estoy segura de que el que escribe no es el viento sino la pluma implacable de uno de los mejores poetas argentinos. El viento solo hace volar sus sentimientos para que lleguen a nosotros.

 

Beatriz Puertas