viernes, 9 de septiembre de 2022

Comentario de Beatriz Puertas sobre mi Libro EL SOLO

 


Quiero compartir con todos los que gusten de la poesía y lso que nunca hayan leído, mi comentario sobre su último poemario:

Hace un tiempo recibí el último libro de Gustavo Tisocco: “El solo”. Empecé a leerlo con avidez pero su intensidad me obligó a ampararme en una orilla más conocida, la de sus poemarios anteriores. Incorporar la poesía aglutinada, casi mística, sencilla como siempre es la suya pero muy distinta hizo imprescindible esa relectura. Quedarme en ti, La perla del sur y Entre ventanas. Al hacerlo pude constatar que -lo que más impacta de los poemas de El Solo concentrados en la intimidad- va más allá del terreno estrictamente poético. Este último poemario revela el recorrido angustiado que va desde afuera hacia adentro. Desde el mundo hacia el yo. A aquello que solía influir en la poética esencial de Gustavo se le agregó un magma atávico. Ningún lector puede salir ileso de esa búsqueda. Pocos poetas pueden arribar a ese territorio en el que lo ancestral se funde en un abrazo con lo propio. Gustavo Tisocco lo logra porque no escribe con firuletes para invocar el aplauso del otro, sino con el alma o eso que suele llamarse alma en la mano. Tal vez para ahuyentar la superficialidad del elogio, puntualiza:

No soy yo

El que escribe

Es el viento.

Mientras en Quedarme en ti (2015) escribía

El viento me cuenta cosas

Que nadie escucha

Que nadie indaga

(…) me silba

y en ese silbido todas las voces"

La búsqueda no de algo que haga más llevadera la soledad sino de que se termine de una vez se refleja en estos versos. Es cuando se pregunta sobre la soledad cuando despliega su lado místico, porque si la causa no es clara podría encontrarse en su propia culpabilidad o en la ausencia de Dios.

“No es fácil amarme.

Me crecen espinas

si me tocan enveneno

si me abrazan electrocuto.

Necesitaría un Dios

que se apiade.”

“De todos los abismos

Elijo

el alto el de más arriba

para que al saltar

sea apenas partícula

indagando el misterio”

“Entre tanto árboles secos

ya no recuerdo el verde.

Hubo una vez un paraíso.

Lo hubo?

Aún en la poesía testimonial de hace quince años, el poeta va desde lo que ocurre en el mundo hasta sellar con su solidario fraternal abrazo suyo poético se funde con el cosmos. Por entonces ese intento soslayaba la soledad quizá porque el dolor estaba puesto en el otro.

“Hermano, si vuelves torturado y perdedor

estaré en el portón aguardando los pasos.

Si es que no puedes retornar

si tus sueños aniquilaron,

si desapareciste tras un manto de ironías

seguiré esperándote en la vieja hamaca

donde no existen los olvidos.

Ese hombre que quiere abrazar al hermano desaparecido es parte del mundo. Su yo poético se funde con el Todo.

Teniendo en cuenta a ese Yo amante salta a la luz El Yo no amado. Cuando se lee los poemas de El Solo el lector no puede menos que preguntarse: ¿Por qué un ser humano que se fusiona con el mundo se siente solo? ¿Por su sexualidad? ¿Por su sensibilidad? ¿Por su empatía con el otro? ¿Por qué la literatura no es suficiente para estar acompañado? Puede haber muchas preguntas más…tantas como los que lean. Cada una de estas preguntas merece un sí. Todas juntas podrían ayudarnos a descifrar este libro que sacude nuestras fibras más íntimas y da luz a nuestros rincones más ocultos. Yo estoy segura de que el que escribe no es el viento sino la pluma implacable de uno de los mejores poetas argentinos. El viento solo hace volar sus sentimientos para que lleguen a nosotros.

 

Beatriz Puertas

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Potentes respuestas para los interrogantes que tu inteligente comentario plantea Beatriz. Sin hesitación, El Solo nos conmueve y nos emociona al mostrarnos la esencia más pura del corazón de su autor. Saludo desde Córdoba Alfredo Lemon

10 de septiembre de 2022, 9:14  

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