domingo, 16 de octubre de 2022

Palabras de Susana Szwarc en la presentación de EL SOLO

 


 Tres semillas de sandía o partes de un rompecabezas (es el título con el me gustaría nombrar a este decir).

En una carta dirigida a su madre y a su hna. Nietzche escribe: Hay buenas razones para que me falten personas que coincidan conmigo, y sería ridículo para un filósofo exigir algo distinto.; resulta espantoso estar solo en la medida en que yo lo estoy. Pero entre la multitud Me sentiría más solitario que ahora.

¿Acaso es la soledad la que permite que la poesía  se dé?.

Zaratustra recomienda en no pocas ocasiones refugiarse en una necesaria soledad: “Estaba solo, y no hacía otra cosa que encontrarse a sí mismo. Entonces gozó de su soledad y pensó muy buenas cosas durante horas enteras”, o “¡Amigo mío! ¡Refúgiate en tu soledad!“.

 Cantaba Zaratustra: «¡Oh, soledad! ¡Soledad, patria mía!»

En definitiva, Nietzsche deja la opción abierta: es uno mismo quien, al fin y al cabo, ha de escoger: «En la soledad el solitario se roe el corazón, en la multitud es la muchedumbre quien se lo roe. ¡Elegid!».

Gustavo Tisocco habla de Un solo. Llama así a su libro, ¿o es un llamado?.  Y  comienza  este, su por ahora último libro,  con un hermoso poema donde  dice quién es poeta.  Y Lo dice mostrando quién no lo es. ¿Es la poesía Un oficio? ¿Una profesión? ¿Un acto de fe?  PÁG 11

 TAMBIÉN nos pregunta  Gustavo  si se elige este modo de ser. Y a través de un poema nos dice: No soy yo el que escribe /es el viento.

Entonces en el cuerpo del yo, es  otro el que  escribe, ya sea  el lenguaje a través del viento, por ejemplo el viento nos tomaráde  la mano, la llevara hacia el lápiz, hacia el tecleo de la máquina, ¿se podría decir que el poeta es un elegido? ¿Y tal vez esa elección implique otro modo de ser: ¿Un ser y estar Solo.?

Con estos poemas  empieza el recorrido de El solo,  el viaje desde el nacer que es olvidar y pensar en las flores, en el aire. Sin saber ¿todavía? que “todo será abismo”.

En Un solo   el sonido y las imágenes nos van envolviendo, y  Gustavo Tissoco, nos lleva a través del Pero, ese pero que a veces se nos escapa al ir escribiendo, aparece sin necesidad y que, sin embargo, aquí tiene el pero la fuerza de esa conjunción adversativa, y que lleva al camino del oxímoron, de la metáfora, de los conceptos que se contraponen para coincidir o no. (Ver/leer  los poemas con el pero).

 

En El solo, acompañan las flores, los pétalos, los pájaros, muchos pájaros revolotean las hojas del libro; pueden ser golondrinas, palomas, picaflores, gorriones, cigarras, y el corazón que puede estar enjaulado, otro pájaro el corazón.

Dice  Gustavo Tisocco en un poema :Late un pájaro en mi mano/tibia mi palma / y ese palpitar/ como de tambores.

y pág 35, pág 37. Los pájaros que están en la propia jungla que se es. Los pájaros a los que abro la jaula.

La soledad también tiene sus caras opuestas

A veces la soledad duele /como si un puma te arañara por dentro. Otras veces es “refugio /como si un jardín /invadiera tu sombra” ¿Una sombra dulce o amarga? o las dos cosas a la vez?

Esta simultaneidad imposible, esta yuxtaposición, aparece, se logra en este libro de Gustavo Tisocco. Una cosa y la otra, una bella sorpresa y junto a esa belleza, el abismo.

Y una tristeza que recorre como los pájaros, como las flores, estos poemas que nos recorren, porque al leerlos, al tener esa joya de libro en nuestras manos, al pronunciar sus palabras, también somos tristes y solos, porque queremos estar adentro del libro. Ser ahí.

Además Tisocco nos avisa del peligro de la eternidad, donde se está triste y solo, tanto tiempo, todo el tiempo.

Solo, único, solamente, separado de cada cosa. El solo de la orquesta que tiene que dejar a su grupo para hacer escuchar solo su voz, su violín.

Y el amor que nos puede llevar a una mayor soledad. Como la del mismísimo Adán, el eterno Adán que pobló la tierra.

Hay tanto soledad como habitantes somos nos dice Gustavo.

Y también que El único amor es el primero /los demás solo piezas de rompecabezas.

Así, somos cada uno unx parte del rompecabezas,  cada unx tratando de encontrar cómo componer,  cómo encajar con la otra parte, vivos o muertos.

Pág 87, pág 88 leer.

Y como aparece entonces ese Pero como una afirmación que hace que en esa soledad del desierto, en esa sequía del desierto, llueva.

No puedo dejar de citar estos versos  tan conocidos de Quasimodo:

“Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra traspasado por un rayo de sol y de pronto anochece”.

Y como este poeta, diría que Gustavo Tisocco es nuestro  poeta de la condición humana.

 

Susana Szwarc