Palabras de SANDRA GUDIÑO en la presentación de EL SOLO en Arroyo Leyes
El Solo
de Gustavo Tisocco
Presentación en el Festival de Poesía de Arroyo Leyes, viernes 13 enero de 2023
Busco en la definición, en esa
circunstancia de estar solo o sin compañía; en ese sentimiento que se tiene por
falta o ausencia,
pienso en la irregular gráfica de fiebre de
un caso grave de melancolía:
Me pregunto si soy yo quien come una
naranja o si sólo espero, hoja en blanco, el dulzor, el ácido en la boca.
Entonces te leo Gustavo Tisocco. El solo, discurso poético con un tema
provocador. Provoca y cuestiona. Libro amoroso que aborda la soledad en todas
sus facetas.
El solo, no sos vos quién escribe, es el
viento, ese que me moja la cara, ese que no tiene sombra.
No sé escribir una reseña a la medida de tu
palabra, poeta, no sé cómo decirte antiguo precepto / oración / quejido sin
quebrar mi espina de agua, sin oír jilgueros en el canto a la altura de la
mañana que se bifurca en esto o aquello para ser al fin, la misma poesía.
No sé si estremecerme en la esperanza de la
semilla en tu mano o regresar de prisa a la infancia que aún te construye y te
hace temblar, poeta, a lo lejos en mi yo también naciendo rosa lapacho, en mi
yo que necesita del Dios que se apiade
Ahhh!! Tal vez sea ese gesto de replegarse
junco que me abre a tu tratado sobre la soledad, a tu tratado sobre la elección
/ o no.
Tal vez sea ese gesto que me deje sola,
parada en medio de mi íntima multitud y sea tu palabra o sólo su música que
llueve / llueve y acuna / toda mi soledad.
Veo a cada Gustavo al que podría llorar
pero ríe a ese Gustavo a quien le duele un nombre en la boca y sangra. Yo
también espero el derrumbe y veo en cada Gustavo el último destello como veo
cada paisaje en tu palabra, es ahí donde captás la esencia, ejercicio de luz,
hasta la transparencia, sentido transformador en mi niña lectora.
Gustavo Tisocco poeta que dibuja a cada uno
y a todos El solo para tomarlo de la mano y que el ojo contenga su vieja
levedad. El solo poemas tan depurados donde la mirada del lector está presente:
y al final / esto era la vida
Orfebre de la palabra, vos, el incurable,
la soledad te nombra, te constituye sobreviviente destino de pájaro. (¿a caso
no es también el nuestro?)
Hundo las manos en la intersección que
dejan las tuyas, también me construyo, no estoy sola, no, otros seres en mi
sangre escribieron soledades para leerte y encontrarme, en vos.
En El solo cada poema es un punto de
partida sobre el fluir del tiempo entre silencio y soledad, fueguito abrazador
que purifica para que este mundo sea más sensible más profundo: Hubo una vez un
paraíso / y se cuestione: ¿lo hubo?
Recorro tu itinerario de vida, de
escritura, sola.
Discurso reflexivo, reflexiones para los
que pensamos la soledad como paraíso con hambre, hambre que rasga el poema.
Punzón alfarero, trazo infinito que hace
realidad este anhelo de seguir estando con tus ojos de eternidad en la poesía,
para vernos reflejados en una gota de lluvia y ser esa revolución en tu ojo de
pez.
Dice Kafka: Un libro debiera ser como un
hacha
para romper el mar de hielo
que llevamos dentro
Entonces digo El solo: maestría, eficacia
para conmover, cuestionar y conducirnos a la desnudez herida de soledad. Imagen
y contenido son un solo impulso revelador y desgarrado. Aquí la poesía es
asidero, ya no como modus vivendi, sino como instinto de supervivencia.
Poeta de la belleza, de la maravilla.
Avanzo con El solo entre las manos y te celebro poeta querido. Ahora, mis
queridos lectores, mis queridos todos, disfruten ustedes.
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