Comentario de Beatriz Puertas sobre mi Libro EL SOLO
Quiero compartir con todos los que gusten
de la poesía y lso que nunca hayan leído, mi comentario sobre su último
poemario:
Hace un tiempo recibí el último libro de
Gustavo Tisocco: “El solo”. Empecé a leerlo con avidez pero su intensidad me
obligó a ampararme en una orilla más conocida, la de sus poemarios anteriores.
Incorporar la poesía aglutinada, casi mística, sencilla como siempre es la suya
pero muy distinta hizo imprescindible esa relectura. Quedarme en ti, La perla
del sur y Entre ventanas. Al hacerlo pude constatar que -lo que más impacta de
los poemas de El Solo concentrados en la intimidad- va más allá del terreno estrictamente
poético. Este último poemario revela el recorrido angustiado que va desde
afuera hacia adentro. Desde el mundo hacia el yo. A aquello que solía influir
en la poética esencial de Gustavo se le agregó un magma atávico. Ningún lector
puede salir ileso de esa búsqueda. Pocos poetas pueden arribar a ese territorio
en el que lo ancestral se funde en un abrazo con lo propio. Gustavo Tisocco lo
logra porque no escribe con firuletes para invocar el aplauso del otro, sino
con el alma o eso que suele llamarse alma en la mano. Tal vez para ahuyentar la
superficialidad del elogio, puntualiza:
No soy yo
El que escribe
Es el viento.
Mientras en Quedarme en ti (2015) escribía
El viento me cuenta cosas
Que nadie escucha
Que nadie indaga
(…) me silba
y en ese silbido todas las voces"
La búsqueda no de algo que haga más
llevadera la soledad sino de que se termine de una vez se refleja en estos
versos. Es cuando se pregunta sobre la soledad cuando despliega su lado
místico, porque si la causa no es clara podría encontrarse en su propia
culpabilidad o en la ausencia de Dios.
“No es fácil amarme.
Me crecen espinas
si me tocan enveneno
si me abrazan electrocuto.
Necesitaría un Dios
que se apiade.”
“De todos los abismos
Elijo
el alto el de más arriba
para que al saltar
sea apenas partícula
indagando el misterio”
“Entre tanto árboles secos
ya no recuerdo el verde.
Hubo una vez un paraíso.
Lo hubo?
Aún en la poesía testimonial de hace quince
años, el poeta va desde lo que ocurre en el mundo hasta sellar con su solidario
fraternal abrazo suyo poético se funde con el cosmos. Por entonces ese intento
soslayaba la soledad quizá porque el dolor estaba puesto en el otro.
“Hermano, si vuelves torturado y perdedor
estaré en el portón aguardando los pasos.
Si es que no puedes retornar
si tus sueños aniquilaron,
si desapareciste tras un manto de ironías
seguiré esperándote en la vieja hamaca
donde no existen los olvidos.
Ese hombre que quiere abrazar al hermano
desaparecido es parte del mundo. Su yo poético se funde con el Todo.
Teniendo en cuenta a ese Yo amante salta a
la luz El Yo no amado. Cuando se lee los poemas de El Solo el lector no puede
menos que preguntarse: ¿Por qué un ser humano que se fusiona con el mundo se
siente solo? ¿Por su sexualidad? ¿Por su sensibilidad? ¿Por su empatía con el
otro? ¿Por qué la literatura no es suficiente para estar acompañado? Puede
haber muchas preguntas más…tantas como los que lean. Cada una de estas
preguntas merece un sí. Todas juntas podrían ayudarnos a descifrar este libro
que sacude nuestras fibras más íntimas y da luz a nuestros rincones más
ocultos. Yo estoy segura de que el que escribe no es el viento sino la pluma
implacable de uno de los mejores poetas argentinos. El viento solo hace volar
sus sentimientos para que lleguen a nosotros.
Beatriz Puertas
1 comentarios:
Potentes respuestas para los interrogantes que tu inteligente comentario plantea Beatriz. Sin hesitación, El Solo nos conmueve y nos emociona al mostrarnos la esencia más pura del corazón de su autor. Saludo desde Córdoba Alfredo Lemon
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