Palabras de SUSANA ZAZZETTI sobre BOCA GRANDE
Boca grande de Gustavo Tisocco
un niño con ojos
rodeados de silencio y vacío de amor me derrumba el alma. un pájaro en su
intento de volar aún con su ala rota hace explotar mi angustia. un libro con la boca grande donde debiera
caber todo el amor y la comprensión del mundo me hace sentir mínima,
pequeñísima en este deseo sin frenos de salir corriendo y abrazar el dolor
ajeno que no lo es tal cuando también lo siento mío porque “para que pueda ser
he de ser otro” decía Octavio paz. sí. otro. sentirte su igual en
cada proceso humano que
corra por las vías de la igualdad.
Gustavo Tisocco ha escrito un libro con la calidad literaria
que lo caracteriza, lo ha escrito con la sed, con la garganta, con los
pulmones, con la respiración entrecortada
donde viven paralelos el dolor y la ternura. lo ha escrito con venas de
sangre que corren por el interior de muchos como si fueran venas de agua,
sabiendo que el agua no siempre es insípida e incolora. por sus grietas se
cuelan también malos vientos que
destruyen lo ya construido en un batallar que mientras exista un ignorante no
va a prescribir nunca.
Boca Grande representa una morada donde no debe entrar el
aullido de ningún animal porque está
ocupada por una sinceridad que eleva, que tiene la profundidad del abismo sin
fondo y la extensión eterna del atlántico.
Boca grande, escrito con los hilos que va tejiendo la vida,
luce los ojos de la palabra que ninguna mirada puede borrar, tiene la intensidad
necesaria para ser leído a campo abierto o tal vez frente al fuego pensando en
que el arco iris de la llama nos acerque
al tierno temblor que provoca cada
verso.
Susana Zazzetti
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